jueves, 9 de octubre de 2008

EL DEBATE/013

LA VIDA TRANSFORMADA
Es bien sabido que la vida, desde el origen, se forma, malforma, conforma, reforma, deforma y recompone sin un ritmo acompasado pero sí con un compás pautado. Sigue un proceso lineal (infancia, adolescencia, juventud, edad adulta, vejez) de línea sinusoide con picos emotivos que suman o restan (amistad, desengaños, enamoramiento, óbitos esperados o no, bonanzas económicas, salud o no, prole o no y crisis financieras). Todo, al fin y al cabo, siguiendo el guión del devenir animal y previsible en nuestra condición humana. xxxLa transformación es otra historia; es la ruptura total, la quiebra absoluta de la línea, el vértigo abisal de la materia y la emoción. Lo inesperado y lo imprevisible. Comienza con el hundimiento de todo soporte rígido, con el precipicio al acecho del siguiente paso, al filo de la nada y en el límite del infarto espiritual. La catarsis, a veces definitiva. xxxEs entonces cuando aparece la transformación positiva, cuando la persona ya nada espera y ha sucumbido. Algo o alguien empieza a construir a sus pies un puente sólido obra, por un lado, de ingenieros de lo material (salud, nutrición y cobijo) y, por otro, de imagineros de lo espiritual (orgullo, estima, serenidad y fe). Un triángulo de materia, formación y alma, que hay que cerrar.
xxxARRELS sabe dar los puntos de soldadura para ensamblar las tres vigas (nadie piense que estoy dictando un panegírico de encargo) al entender que las personas –sus tallas- se componen de un cuerpo bien estructurado y un espíritu del que hay que respetar la diversidad. Esta Fundación, en su memoria 2007, puede alardear de haber armonizado la maza y el cincel.

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