viernes, 9 de noviembre de 2007

RELATOS... POEMAS... CUENTOS... 006

NO LE DEJARÁ INDIFERENTE por Gisela Bou (en El Periódico)
Últimamente, en los círculos de la crítica cultural se ha puesto de moda una frase que cada vez me resulta más irritante. Es la concluyente en toda crítica que se precie: “No te dejará indiferente”. Mi inquietud nace ante la imposibilidad de que un poema, una canción, un libro o una película me dejen indiferente. Me pueden gustar, emocionar, hacerme reír o llorar, resultarme aburridos, irritantes, soporíferos o hasta me pueden parecer pésimos, pero aún no me he sentido indiferente ante el resultado del trabajo intelectual y artístico de alguien. No sé si esta nueva religión de la crítica nace del afán mercantilista en el que todo vale, si es el resultado del tifón uniformador que quiere reducirlo todo a la mínima expresión o es que los nuevos creadores de opinión nos creen tan idiotas de ser capaces de quedarnos indiferentes ante un libro, cuadro o melodía. Sólo querría decirles que una crítica es el resultado de la opinión razonada sobre una obra en la que se juzga su valor, sus cualidades o sus defectos. Si no somos capaces de esto, mejor que lo dejemos.
Reflexión
Suscribo totalmente el texto de la autora y lo extrapolo (vocablejo al uso) a todas las facetas del quehacer diario. ¿Quedarse indiferente a la vista de un pobre, a la contemplación de un niño, al sufrimiento de un inválido, al revulsivo de una agresión, a la generosidad y ternura de un mongólico (síndrome de Down --ya he hablado de las filigranas lingüísticas a que nos obliga lo políticamente sensible--), a la estulticia de un descerebrado, a la prepotencia insultante de un presunto guaperas, a lo feo y a lo bello; en definitiva, a lo bueno y a lo malo. Todas las manifestaciones de la existencia han de producirnos admiración, ternura, repulsa o emoción, pero nunca dejarnos indiferentes. No se puede ser aséptico ni neutral. Si alguien se siente así que me lo diga, para comunicarle que está... muerto.

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