miércoles, 12 de septiembre de 2007

EL PERSONAJE/000



FRANCISCO, LA NUBE
Sí, la nube, porque ver su cadencia al andar es la imagen algodonosa de un cúmulonimbo en movimiento. Francisco flota, serio, sentado o erguido. Es la bondad en estado de levitación. También sonríe cuando le hablas, cuando se sienta a mi mesa, siempre pidiendo permiso, para compartir alimento y poca conversación. Pero la nube Francisco a veces se ateza y lanza relámpagos y algún rayo. Es cuando le sale la vena de magistral sacador de voleibol, improvisado croupier de juegos de mesa o inagotable bailarín de cócteles discotequeros. Siempre dispuesto a prestar su imagen (hasta el extremo de llegar al embarazo, imitando a Pasqual Maragall), con la sonrisa puesta y la expresividad contenida, hasta que su nube amanece otra vez blanca, lene y seria. Con unos cuantos Franciscos podríamos activar la palanca que movería el mundo en la buena dirección. Aunque éste Francisco, si se lo propone, es capaz de hacerlo solo. Y es que la bondad y la nobleza no tienen fronteras.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Simplemente, precioso. Os conozco a los dos y a través del relato os descubro a los dos. Descubro un Miguel Virto capaz de describir con una sensibilidad deslumbrante, capaz de captar en el otro lo más puro y la esencia de su alma. A la vez descubro a un Francisco visto por tus ojos, descubro a tu Francisco y me emociona la ternura y el aprecio que sientes por esta persona.
Felicidades, Miguel, por tu blog. Y gracias, Miguel, por las charlas y los momentos que compartimos. A ver si adivinas cuál de la muchas personas que te apreciamos soy yo. Pista: cada tarde, cuando llegas al centro, vienes a saludarme i a hacerme saber que estarás en la zona de los ordenadores.