EL PÁJARO QUE SE POSA
Por Gustavo Martín Garzo (El País, 14/12/2008)
Todorov, en su libro El jardín imperfecto, nos recuerda que los griegos distinguían dos tipos de amor: eros, o amor-pasión; y philia, o amor-alegría. En el primero, el amante quiere absorber al otro, (...); en el segundo, vivir en su proximidad, mantenerlo como un ser aparte. (...)
Eros y Psique se encuentran en la noche, sin saber quiénes son, y se aman sin llegar a verse. Para volver a encontrarse, Eros le pone a Psique una condición: no pueden verse, ni preguntarse quiénes son; (...) La muchacha (...) cuanto más ama a Eros más desea verlo (...) Y una noche Psique esconde entre sus vestidos una lámpara (...) Eros que, al despertarse, la descubre mirándole. Implacable, la castiga, apartándose de su lado. (...)
Eros y Psique representan los dos tipos de amor de que hablaban los griegos. El amor que pide la fusión completa con lo amado; y el amor que se conforma con su vecindad. En el primero, es el yo que desea lo que importa; en el segundo, lo que importa es el tú. A Eros le bastan con sus encuentros ardientes en la oscura cueva de deseo: Psique (...) también quiere tener lo que ama al despertarse por la mañana. El primero se pregunta por lo que quiere, el segundo por lo que encuentra. Uno quiere perder por completo la razón; la otra encontrar ese tipo de razón que sabe pedir a la vida lo que ésta te puede dar.
El amor es embeleso, (...), pero también deseo de conocimiento. Al amante no le basta con tener en sus brazos a aquel o aquello que ama (...)
Calixto sólo cree en él y en su propio deseo. De hecho, cuando por fin pueden encontrarse, y Melibea, dulce y solícita, le pide que no tenga tanta prisa y que no hace falta que le rompa la ropa mientras la desnuda, Calixto por toda respuesta compara (...) el acto amoroso con un vulgar atracón. “Señora, el que quiere comer el ave quita primero las plumas”.
(...) Sólo deseo lo que tengo. Esa frase resume el amor-alegría.. El amor-pasión quiere lo que no tiene (...) busca avecillas que desplumar. El amor-alegría se complace con esa avecilla que desciende, y sólo vive para conservarla a su lado. (...), su presencia, la búsqueda de la verdad se transforma en querer lo que es bueno para él; y el deber, en deleite. Eso nos dice el amor: que al amar no sacrificamos nuestro ser, sino que lo realizamos.
(...) tal parece el amor; un hechizo, una pócima que se bebe, y que nos fija a alguien mientras dura su efecto. (...) Es caprichoso y fugitivo, pero le pedimos devoción y constancia; nos promete felicidad, y nos llena de miedo; nos da fuerzas para enfrentarnos a los mayores peligros, pero nos vuelve vulnerables y frágiles; nos hace ser dueños de alguien, y a la vez sus esclavos. (...)
(...) El amor es el sentimiento más hondo y misterioso de cuantos pueda experimentar el hombre. Los amantes llegan de su mano a un lugar desconocido y se descubren dueños de un poder que no sabían que tenían.
(...) El amor es ese pájaro que se posa un momento en nuestro jardín imperfecto.¿Cómo no ser feliz de que lo haga y no tener miedo al mismo tiempo de que se pueda marchar? (...). Eso es el amor humano: preguntarnos por qué ese pájaro nos eligió a nosotros para quedarse en el mundo; y, en caso de haberse ido, dónde estará ahora y por qué no regresa. (...)
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