jueves, 9 de octubre de 2008

LA COLUMNA/013

DEL RITMO Y MI AUSENCIA
No pretendo controlar el mundo sino controlar mi mundo. La vida a veces depara circunstancias insospechadas que alteran la existencia. Y el ritmo se quiebra. Cuando los avatares se amontonan, mente y cuerpo se distorsionan como un metrónomo desencajado. Llega entonces el momento de replantear un nuevo orden que devuelva el ritmo a su cauce; pero esto lleva tiempo, esfuerzo, desgaste, horas de reflexión y regeneración de la fuerza de voluntad. Y una buena dosis de paciencia propia y apoyos ajenos. xxxCuando se anda por el mundo con las costillas rotas, un amor trastabillado, la economía quebrada y un alud de trabajo por hacer, el ritmo se larga a hacer puñetas y ni las costillas hacen callo ni el corazon se acompasa ni la arandela se ingresa ni el trabajo se desatora. Es el momento de parar, frenar en seco, hacer una puesta a punto y arrancar de nuevo, paso a paso, hasta recuperar la cadencia. xxxCreo que he vuelto a regular mi ritmo y por eso vuelvo. Con ánimo pleno, mas sin perder de vista que los vericuetos de la vida no siempre está en nuestra mano driblarlos. Vuelvo con la intención (intención he dicho, ¿eh?) de acatar los dictados de Olga (Desde la calle) y Anna (Todo el tiempo del mundo) en cuanto a pasar este blog del formato tabloide al gota a gota. xxxGracias a quienes en este paréntesis se han preocupado por mí; a los que no, decirles que llegan tarde.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No sé si llego tarde, pero aún así, me alegro de que hayas vuelto.

Anónimo dijo...

Mi muy apreciado Miguel,

Celebro volver a leerte aquí en el blog. Pero celebro aún más lo que expresas en estas lineas.

Yo creo que es muy importante respetar el ritmo de cada uno. Y sobretodo aceptarlo. No se puede controlar todo, ni tu propio mundo, Miguel.

Un abrazo de alguien que te aprecia.

Anna

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Desde la lejanía más próxima...

Apreciado compañero, desde la lejanía más próxima he estado visitando tu blog y me quedé naúfrago allá por el 7 de mayo de 2008.

Desde entonces anduve buscando día si, semana también (como muchos otr@s) un salvavidas de esperanza llamado “retorno”.

Hoy por fin lo he encontrado, no me lo quites por favor..., me acerca a la realidad y me permite seguir tocando de pies a tierra.

PD. Mi madre, que es muy dada a refranes me dijo alguna vez “nunca es tarde si la dicha es buena”.

Con el recuerdo del pasado, pensado en el presente y mirando al futuro...

Jesús Ruiz