viernes, 9 de noviembre de 2007

EL DEBATE/006

GAVETAS DE "AYUDANTES" Y "AYUDADOS"
Limitado en tiempo y espacio (uno huye y otro encoge), como receptor de ayuda y beneficiario de manos tendidas, intentaré dibujar el perfil del mismo que archivo en la gaveta de mi mente. Lo primero a lo que se aspira es a la irrenunciable ayuda material en forma de sustento, cama y pecadillos varios (tabaco y algún café); superada esta estación (de las “dolorosas”) se pasa a implorar el estímulo ético y de autoestima ya que el espíritu también “come” (apeadero de “gozo”) acabando en reclamar, si se tercia, la potenciación, remunerada si cabe, de las propias habilidades (final de trayecto: “la gloria”). Y ante este rosario por etapas, los “ayudados” podemos reaccionar de tres maneras: exigir más por el mismo precio, desmarcarse de una situación para enjuagar el sabor agridulce o profesar como conversos ayudantes por un elemental deber de reciprocidad. XXXCon estas cuitas caminaba una madrugada, horario en que la ciudad vieja me pertenece en exclusiva (patrimonio adquirido en la escuela de la calle), cuando se me ocurrió desplazarme a la gaveta de la mente del ayudante. ¿Qué le impulsa? La experiencia me autoriza a decir que también se dividen en cuatro estadios: interés en obtener una entronización del ego (más cruel es cuando se pretende obtener un rendimiento económico), ejercicio de lavado de conciencia (pobre profilaxis, pero higiénica al fin y al cabo), práctica de concienciación social y el que actúa así... por naturaleza. Cara al receptor “ayudado”, todas sirven, aunque personalmente me inclino por los que dan y reciben... por naturaleza. XXX¡Ojo, por tanto, con los ayudantes que aspiran al beneficio y con los ayudados que se acomodan a engullir sin compromiso! XXXLa perfecta comunicació entre ambos teje un anillo armónico que desencadena un efecto dominó o de mancha de aceite que a todos mejora y gratifica. Así, por encima de ideologías, credos, tics y enciclopedismos se empieza a encajar el puzle de la solidaridad.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Apreciado,

Tengo que agradecerte, sabes que pocas veces hago comentarios de agradecimiento, la profundidad de esas palabras en las que has plasmado lo que pasa por nuestras cabezas, las de todos, porque para mi no hay diferencia entre unos y otros, todos somos, en un momento u otro "ayudados" y "ayudantes", así entre comillas.
Lo que pasa es que, también, las más de las veces, no sabemos donde estamos ni que somos y actuamos como lo contrario.
De hecho, a lo que se debe llegar, sin ningún tipo de fisuras es a lo que nos refieres en el último párrafo de este acertado escrito.
¿No sería la aplicación de la "caritatis" en su primigenio sentido?

JM

Anónimo dijo...

Un ancià deia: "Si et demanen alguna cosa i tu la dónes, però a contracor, el do va carregat d'amor propi, perquè està escrit: si un et demana de fer amb ell una milla, tu fes-ne dues (Mt, 5,41); que es el mateix que dir: Si un et demana alguna cosa, dóna-la amb tot el cor i amb tota l'ànima.

Apotegme del Pares del Desert

Anónimo dijo...

Soy una mujer entre las muchas mujeres de Barcelona, no soy de clase alta, ni media, ni baja, soy solo una mujer sin etiquetas. Los que me ven ( que no es mirar) les parezco una rebelde, una profana o bien una modernilla " del tres al cuarto", pero en realidad soy una mujer con corazón y con la suficiente sensibilidad para valorar tus escritos. La gaveta de la mente ( curiosa definición de la memoria) me parece memorable. Barcelona es una ciudad de diseño, más hipocrita que sincera. Barcelona es un lugar de paseantes sin vida, consumidores natos, anonimos y mal parados, pero cuando te leo la ciudad cobra vida, y cuando te veo, pienso: Este hombre tiene alas en la cabeza y el corazón

Anónimo dijo...

Pues la verdad es que has expresado muy bien lo que yo me había planteado muchas veces. Pero después de darle muchas vueltas he llegado a la conclusión de que si bien lo perfecto sería que todos actuáramos así por... naturaleza. También es verdad que hay que ser prácticos y todas las ayuda son bienvenidas y el ¿por qué? o el ¿para qué? dejemos que quede en la intimidad de cada uno.

Anónimo dijo...

Me parece de una exquisitez brillante y abrumadora tu escrito. Reconozco que la primera vez que lo leí no entendí nada... Es que Luis Miguel.... ya estamos a un nivel superior y elevado para mi pobre intelecto y una si no está muy muy despejada no comprende tales retales.

Es precioso lo que escribes, lo que transmites. Das un mensaje de una forma tan... tan... es que no encuentro la palabra. Porque, francamente, no sé como explicarte lo que he sentido al leer y comprender tu relato. Me ha llenado enormemente la intensidad y la sensibilidad con la que expresas tu mensaje. Es precioso, simplemente. Y brillante.

Que sepas que ante tal tesoro entre mis manos me he visto obligada y empeñada a hacer unas cuantas copias y repartirlas entre la gente. Tales cosas vale la pena compartirlas, creo que hay el deber de compartirlas. Porque todo el mundo se merece gozar leyendo algo. Y leer tu texto, para mí, es una gozada.